Los primeros dibujos que se me cruzan por la mente, antes de comenzar a escribir estas líneas son: tu sonrisa, tu mirada cuando observas a todos lados para encontrarme y tu voz que me saluda oportunamente para disfrutar de tus delicados besos y tu suave aroma. Sí, describo ese instante en el que te espero a la salida de tus clases, como novios adolescentes, como quién goza de su edad púber con el primer amor. Así parecemos. Y así te espero yo, de pie, aguardando las 6 de la tarde, sin lujos, sin nada con que sorprenderte, sin nada que regalarte, sólo con mi tibia sonrisa, con frío (a veces) pero sobre todo; con la enorme capacidad para amarte cada día.
Ya son 6 meses de locura, quién lo diría ¿no? Tú con tu inagotable lucha y yo con mi poca fe. Han pasado 6 meses de delicioso amor entre tú y yo y todavía quiero que siga la fiesta (a veces no tan fiesta, aunque no importa) Mi camino a tu lado es como el de los soldados, siempre con mirada vigilante para que el enemigo no moleste, para que la fuerza nos acompañe y para que triunfemos en todas las batallas hasta el final de la guerra.
Así es nuestro amor, sencillo, loco, tierno y lleno de dicha. Jamás imaginé encontrarme con tu mirada esa noche, jamás pensé que aquellos ojos, serían los que me enamorarían tiempo después. Es increíble cómo se nos ha pasado el tiempo. Parece que fue ayer cuando nos vimos por primera vez, parecía que tus labios estaban hechos para mí, parecía una locura, pero sólo parecía porque tu locura, tus labios, tus besos, tus ojos, tu mirada, tu cuerpo y tu amor son la clave perfecta y los cómplices directos de esta mágica aventura. Tú llegaste a ese lugar para envolverme y guardarme en tu corazón, y yo desperté de mi letargo para quedarme a tu lado, convertirte en mi dueña y ser parte de mi vida.
Yo ahora no concibo un día sin escucharte, sin sentirte, sin recordar ese instante en el que perdimos la razón y dejamos sordo al silencio, al viento. No concibo y no quiero concebirlo. Sólo quiero apretar tu mano y recorrer el mundo sin prisa, sin que nada nos detenga, así imagino nuestros días. Ahora mi mente dibuja tus gestos, el sonido de tus tacos, el color de tu alegría y la caminata que practicamos cada dos días a la semana; cuando la noche nos cae intacta para ser felices. Te amo. ¡Que vengan 6 más, y 6 más!...