domingo, 27 de mayo de 2012

Tus manos y las mías


Todavía mis manos te sostienen, te acarician, te dibujan
 Tu mano acariciaba mi mejilla
La mía dibujaba tu sonrisa
Tu índice pintaba mis labios
El mío pintaba tu rostro

Tus manos acariciaban mi fe
Las mías contorneaban tu figura
Tus manos masajeaban mi tristeza
Las mías adornaban tu cintura

Tus manos y las mías comprendían
La dulzura de nuestros días
Yo descubría con ternura tus temblores
Tú apretabas mis dedos mientras dormías
Yo acariciaba tus cabellos por las noches
Y resbalaba de vez en cuando a tus rincones

Tú abrazabas mis latidos
Yo abrigaba tus fríos
Tus manos y las mías eran fuertes, vanidosas, sencillas
Tus manos disfrutaban encontrarse con las mías
Y anudábamos los dedos en señal de amor
Y apretábamos nuestros cuerpos con suave escalofrío
que poco a poco delataban un sencillo brillo en nuestro mirar
En nuestro tiritar

Mis manos y las tuyas eran sólo nuestras
Mis manos sostenían tu corazón, y con él tus latídos, tus miedos
Tus desvaríos, tus vibraciones
Tus manos delataban emoción, al verme a tu lado
Al verte a mi lado, mis manos quieren continuar

Tus manos y las mías comprendían
La dulzura de nuestros días
Yo descubría con ternura tus temblores
Tú apretabas mis dedos mientras dormías
Yo acariciaba tus cabellos por las noches
Y resbalaba de vez en cuando a tus rincones
A explorar tus sabores
Y a rendirme en tus pasiones...



Ausencia

No lo esperaba, incluso ni lo soñé
No lo había imaginado, incluso ni lo pensé
Jamás nada, de nada
incluso cuando creí tenerte, incluso ahí, ya estabas ausente
Aún lates en mis entrañas
A cuenta gotas, pero lates
Lo maravilloso de todo esto es:
Que estás y no estás
Que vienes y te vas
Que entras por ese espacio, dónde quizá, algún; no muy lejano día
Vuelvas a entrar